La gracia de Dios se ha derramado

Con una cierta distancia de haber celebrado el Santo Triduo Pascual y, mientras celebramos todavía este tiempo festivo de la Pascua, quiero dejar mi testimonio personal de como la gracia de Dios se ha hecho visible delante de nuestros ojos. Resuena en este momento aquellas palabras de Job: "Se que está vivo mi redentor... yo mismo lo veré, y no otro, mis propios ojos le verán" (Job 19, 25. 27). Esta es la misma experiencia del apóstol san Pedro que la liturgia del domingo III de Pascua nos mostraba en el Evangelio; y es que el amor nos hace descubrir a Dios, a Jesucristo vivo y presente en medio de nuestra vida concreta.

 

La pasada Semana Santa fue un tiempo de gracia y bendición para la ciudad de Cartagena, en la que sirvo a Dios y a la Iglesia como párroco. Cinco parroquias de esta ciudad se vieron implicadas en las misiones que Juventud Misionera, las chicas y un grupo mixto de universitarios, realizó en esta ciudad. En este tiempo que unos 90 jóvenes estuvieron presentes en Cartagena pudieron acercar a Jesucristo a más de 30 familias compartiendo tiempo con ellas, enfermos quedaron consolados con la alegría y jovialidad de aquellos que se acercaban en el nombre del Señor y un largo etc. La noche de Jueves Santo fue verdaderamente el punto álgido de estas misiones, puesto que en medio de la noche cartagenera resplandeció la luz de Jesucristo. Se realizaba la dinámica de nueva envangelización "Una luz en la noche". Unos 110 misioneros jóvenes de Juventud Misionera, de las parroquias locales y del Camino Neocatecumenal de nuestra ciudad se pusieron en marcha para, durante 4 horas, conducir a los hombres a Cristo. La parroquia de El Carmen fue un trasiego constante de gente entrando a presentar peticiones a Cristo, adorarlo y acompañarlo en aquella gran madrugada del Jueves al Viernes Santo. Durante más de 3 horas, 5 sacerdotes estuvieron constantemente disponibles para las confesiones de los que se acercaban: un goteo constante de la gracia.

 

Los que tuvimos la oportunidad de estar confesando en esa madrugada, somos testigos del gran milagro que allí se produjo esa noche: gente sin rumbo que sin saber por qué, se había acercado al Señor. Todavía recuerdo una chica joven que había salido a emborracharse esa noche con un grupo de amigos. Sin que ella lo hubiera sospechado en sus preparativos, Dios se iba a hacer presente en medio de su historia. Yendo de camino de un bar a otro, se encontro con dos chicas jóvenes que le invitaron a pasar: "el Señor te espera". Fueron cruciales estas palabras ¡El Señor la esperaba a ella!. Se dejó conducir hasta el Señor y sintió la necesidad de acercarse a confesar. La vida de aquella joven comenzaba a ser iluminada, había descubierto el sinsentido en el que se veía sumergida rompiendo a llorar. Experimentaba como era amada por Cristo que no la juzgaba, que le devolvía la esperanza, le regalaba la alegría: ¡Tenía una nueva oportunidad!

 

No conozco el final de esta chica, pero realmente para mí fue un momento de gracia que me hace descubrir como el Señor cada día sale a buscarme con un amor infinito, para que yo pueda amar. Que extraordinaria experiencia poder decirle a alguien que Dios te perdona, que Dios hace nuevas todas las cosas, que para Dios nada hay imposible. Realmente Cristo está vivo, guía a su pueblo y derrama constantemente el don de su amor, para descubrir que el sepulcro está vacío, que aquello que nos destruye (el pecado) ya no tiene poder, porque Él ha vencido y si nos dejamos amar y le damos la oportunidad de entrar en nuestra vida, también vencemos con Él.

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Comentarios: 6
  • #1

    Misionero (martes, 16 abril 2013 08:51)

    D. Antonio, el último Solnight (Una Luz en la Noche) que participé, me ocurrió algo similar, me acerqué a un hombre que llevaba mucho dolor y sufrimiento y me dijo, le había pedido a Dios un signo, y ahora me encuentro con esto... Dios bendice... que alegría leer su blog y lo que cuenta. La Eucaristía tiene estas sorpresas cuando la ponemos al centro.

  • #2

    Julio (miércoles, 17 abril 2013 20:24)

    D.Antonio, ¡qué alegria leer sus palabras! Si es que casos como el de esta chica hay más de uno, me encanta ver cómo esta actividad da su fruto en el momento, cómo ese Primer Anuncio que pretendemos dar, toca los corazones de muchos...y lo mejor, tal y como dice, "no conozco el final de esta chica"...es cierto, la siembra queda hecha,y Dios recogerá los frutos. Sólo El sabe cuando.
    Muy gratificante para un confesor como usted. Un fuerte abrazo desde Madrid.

  • #3

    JORGE (lunes, 22 abril 2013 22:48)

    Cada vez son más los testimonios que me llegan de jóvenes que estuvieron de misiones y vinieron tocados por el Solnight. Está claro que la Eucaristía es la fuente de todas las gracias. Gracias Antonio.

  • #4

    Víctor (martes, 23 abril 2013 17:04)

    Querido Don Antonio, estoy 100% seguro que Dios está cambiando corazones de manera radical a muchos jóvenes. Que en estos SolNight están sucediendose conversiones tumbativas como la que pudo tener San Pablo de camino a Damasco. Uno iba a perseguir a cristianos, otros iban de fiesta... en definitiva Cristo cuando te mira cara a cara te cautiva y te cambia la vida.

    Un fuerte abrazo y mis oraciones Padre, le echamos de menos por Madrid.

  • #5

    Amigo de Victor (jueves, 25 abril 2013 00:14)

    Tio eres un poeta... Cristo cuando te mira cara a cara te cautiva y te cambia la vida.

  • #6

    Jorge S. (lunes, 13 mayo 2013 16:07)

    Desde la distancia, pero la cercanía de esa experiencia, y ese mismo espíritu, me uno a las oraciones y a la experiencia de la evangelización. La misión, la evangelización, el anuncio de la Buena Noticia es un recorrido de ida y vuelta. Recibes, para poder dar, y de la misma forma que das, así también recibes.... Por que la Palabra, no vuelve de vacío, el Espíritu está ahí.

    Que maravilla, si una persona, dos o tres, conocen a Jesucristo por el Anuncio, que importante, tiene que ser para Dios, mover a un montón de jóvenes para que esa persona, se encuentre con Él....¡impresionante!!!!

    Gracias, D. Antonio por ser pastor, por abrir las puertas a Cristo, gracias jóvenes misioneros por vuestra generosidad, vuestro celo por el anuncio del Evangelio, en definitiva, gracias por ser Iglesia...