Todos los años organizamos desde Juventud Misionera una peregrinación a Medjugorje. Los que ya hemos ido varias veces corremos el riesgo de acomodarnos, de no sacar nada nuevo... Les tengo que reconocer que el tema de los videntes me cuesta... no son como los de Fátima, ni como Bernardette Souberous en Lourdes, que dieron su vida, bien porque el Señor les llamò pronto (Jacinta y Francisco) bien porque se consagraron a Dios, en cualquiera de los casos, que más da...
Recuerdo mi primera visita a Medju, allá por el año 2000, cuando acompañe una peregrinación de jóvenes Italianos desde Padua. No sabía donde iba, y quedé impresionado del ambiente de recogimiento y oración que encontré. Entonces solamente había Croatas y algún Italiano y jamás había visto rezar con tanta fe. Recuerdo como la gente caía redonda cuando le imponía las manos el P. Jozo, o los testimonios de conversos Italianos. Tengo recuerdos, pero casi todos demi primera vez...
Pues bien, unos cuantos años después en 2012, acompañado de un grupo de Barcelona, con el P. Javier Oseguera L.C. a la cabeza, he vuelto a ver la mano de Dios y de la Virgen. Unos 42 jóvenes divertidos, alegres, han vuelto transformados. Cada uno a su manera, con una experiencia diferente, pero en todos les aseguro que había una signo común cuando comenzó el viaje: Apertura y búsqueda de Dios.
Les dejo dos ticks:
1- El poder de la oración es infinito, especialmente el del Rosario a la Santísimia Virgen
2- La fe se vive en comunidad. Nos necesitamos unos a otros.
Ha sido un gran año, si no conoces Medju, date una oportunidad... vale la pena.
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